24/12/09

Villancico insólito


Villancico

Juan del Encina (1479-1529)

!
No te tardes que me muero,
Carcelero,

¡no te tardes que me muero!

Apresura tu venida

porque no pierdas la vida,
que la fe no está perdida.
Carcelero,
¡no te tardes que me muero!


Sácame desta cadena,
que recibo muy gran pena,
pues tu tardar me condena.

Carcelero,
¡no te tardes que me muero!

La primer vez que me viste
sin lo sentir me venciste:
suéltame, pues me prendiste.
Carcelero,
¡no te tardes que me muero!

La llave para soltarme
ha de ser galardonarme,
prometiendo no olvidarme.
Carcelero,
¡no te tardes que me muero!


¿A que es raro este villancico? No habla del Niño, ni de los pastores, ni de los peces que beben en el río. Y es que no se trata de una canción de Navidad.

Villancico viene de villano, que es vecino de una villa o aldea. Es, por tanto, una canción –muchas veces de temática amorosa- que se cantaba en diversos momentos de la vida del campo o de un pueblo y que se transmitía oralmente y casi siempre de forma anónima.

A partir del s.XIII los trovadores la introducen en la corte y ambientes más cultos, perdiendo ya su carácter popular y añadiendo el acompañamiento de instrumentos musicales, siendo ya a finales del s.XV cuando estas canciones adquieren el sentido religioso que hoy conocemos.

Pero como de villancicos auténticos va el día, aquí van dos, uno de aquí y otro de allá.





Ala, a cantar.

Y muchas felicidades, clientela….

17/12/09

Lúdico y típico



Visto en una televisión local.

Entrevistan en un parque al ganador del campeonato de petanca de los centros de la tercera edad. Y el señor, muy puesto, con aire de culto, dice:

-Me gusta la petanca porque es un juego muy lúdico.

(Por favor, Junta de Andalucía, unos cuantos diccionarios para esos centros)…

A continuación pasa una chica haciendo footing, y el mismo periodista, en un derroche de ingenio, le pregunta:

- ¿Te parece bien que este parque lleve el nombre de García Lorca?

A lo que la chica responde:

-Pues sí. García Lorca es aquí muy típico

Como las tapas y el Día de la Cruz. Digo yo.

7/12/09

Vidalita



No hace mucho vimos a Mayte Martín en una canción de Manuel Alejandro, y hoy quiero repetir con la misma cantante para hablar de la vidalita.

La vidalita es, dentro del flamenco, lo que llaman un cante de ida y vuelta, que en este caso creo que es sólo de ida, mejor dicho de venida, ya que tiene su origen en las tribus collas de Chile, Bolivia y el NOA (Noroeste argentino)

El nombre le viene de vidala, híbrido de vida y del sufijo quechua –la, aunque no hay que confundirla con la propia vidala, ya que es más lenta que esta y suele intercalar entre los versos la expresión vidalitá para dar a entender que el cantante le habla a su canción.

Cómo llegó la vidalita a convertirse en un cante andaluz es algo que nos podrán decir los estudiosos del tema. ¿Similitud entre la tristeza de esta música y la del cante flamenco? El hecho es que llegó a Andalucía probablemente por el puerto de Cádiz y aquí se quedó en un inevitable proceso de aflamencamiento, dando lugar a un cante no jondo pero sí muy genuino.

Leo que el cantaor que la popularizó fue Manuel Escacena (1886-1928) y que luego la cantaron el Niño de Marchena, la Niña de los Peines y Manuel Vallejo. Con el resurgimiento actual de estos cantes de ida y vuelta, tenemos últimamente las versiones de Enrique Morente, Estrella Morente, Antonia Contreras y Diego el Cigala (aunque esta última no la recomiendo)

Pero, sobre todo, me quedo con esta interpretación de Mayte Martín, que os ofrezco en un vídeo que no es tan tenebroso como el anterior, pero sí mareante.



Se aceptan rectificaciones y sugerencias de los amigos de allá.