30/1/12

Negroponte y la felicidad





Fotografía cedida generosamente por JJ Merelo


No se si sabéis quien es Nicholas Negroponte y la verdad es que yo no estaba muy segura hasta que hace unos días ha estado en Granada en el encuentro MÁS DIGITAL, que engloba dos citas, la Conferencia Internacional de Software Libre y el Encuentro de Dinamizadores de los Centros Guadalinfo. He leído en la prensa varios reportajes sobre él y sus intervenciones en estas jornadas y, aunque muchas de estas informaciones no las he entendido, otras no sabía de que estaban hablando y el resto me sonaban a chino, sí me he enterado de lo que ha dicho en las entrevistas porque hablaba clara y sencillamente.

Ha alabado mucho a Granada, a su nivel de informatización, a la red Guadalinfo, el Software Libre del amigo JJ, las ideas de los jóvenes emprendedores y se ha sentido “como en casa” en una cueva del Sacromonte, ya que vive en una isla griega, en un pueblo del siglo X. Pero lo que más me ha llamado la atención es algo que dice en una entrevista con Javier F. Barrera, parte de la cual reproduzco aquí.


J.F.B. –Ha conocido de primera mano, en una serie de encuentros organizados, a los representantes de la sociedad granadina y andaluza. ¿Cómo resumiría sus inquietudes? ¿Qué preguntaban?

N.N. –Hubo muchas preguntas. La típica clase de preguntas que hacen los economistas, los empresarios. Sorprendentemente, al final de la comida del jueves (en el Parador de San Francisco), hubo una última pregunta excelente. Maravillosa.

J.F.B. -¿Y de que trataba esa pregunta?

N.N. –Planteaba el tema de la felicidad. Me preguntaba como podemos ser más felices con la tecnología. Nunca me lo habían preguntado. No es solo esto. Esta misma mañana, una periodista encantadora me ha vuelto a preguntar durante su entrevista por la felicidad. Increíble. Mi reflexión es que en esta región hay una propensión a la felicidad. Le preocupa la felicidad. No se si tanto como en Bután, que tiene un índice que es el PIV (algo así como “Índice de la Felicidad del País) Pero lo cierto es que hay que distinguir entre la felicidad y el placer, que se encuentra en un buen vino, la comida, el sexo o los amigos. Pero la felicidad surge por el significado que nos da la vida.



Esta Navidad, cuando una amiga me deseaba felicidad, yo dije que esa palabra me parecía demasiado grande, que me conformaba con menos. Pues bien, de ese tipo de felicidad creo que es de la que habla Negroponte, de ese acomodarnos en nuestra realidad, de crear nuestra propia realidad. Siempre he pensado que cuando no podemos cambiar lo que nos rodea, las circunstancias en que vivimos, tenemos que cambiarnos a nosotros mismos en relación con ellas, tenemos que reflexionar sobre nuestra vida, asumir sus limitaciones y sacar el mayor provecho de ellas. Esa es la única forma de no caer en las depresiones que tan corrientes son en nuestra época, la única forma de que podamos sentirnos deprimidos pero sin entrar en lo patológico. Es lo de aquel libro tan conocido de Lou Marinoff, Más Platón y menos Prozac. O sea, más reflexión y menos pastillas.


Este post es libre, igual que la foto que incluye.


23/1/12

La vereda



Una señora conocida me dijo un día hablando de Rocío Jurado: Me gustan las coplas que canta porque son “de mucho drama”. Y tenía razón. La copla, nuestra copla andaluza, es un auténtico muestrario de todos los dramas que se pueden dar entre las personas. Amores contrariados, hijos sin padre, traiciones a destajo, amantes sin derechos civiles ni Seguridad Social… Cualquier situación en la que haya un culpable y una víctima está contemplada en la copla.

Sin embargo, hay algo en lo que no se suele reparar y que yo creo debería ser objeto de un estudio profundo: los problemas de incomprensión que nos plantean estas letras, las incógnitas que sus autores dejaron sin aclarar.

Tomemos como ejemplo la copla Cinco farolas, de Ochaíta, Valerio y Solano, que han interpretado cupletistas famosas de todos los tiempos, desde doña Concha Piquer hasta la actual Isabel Pantoja, pasando por la ya mencionada Rocío Jurado. Vamos a oírla con atención antes de entrar a analizarla.






Aquí tenemos a un señor y una señora que viven en casas colindantes o cercanas, unidas por una vereda (más concretamente, vereíta) que tiene hierba o no la tiene según se transite por ella. Hasta aquí vamos bien, porque todos sabemos que la hierba no crece si se la pisa con frecuencia. Pero esto nos plantea una pregunta: ¿Es que esa vereda es particular para sus casas? Porque parece que si no la pisan ellos no la pisa nadie. Lo cual nos lleva a otra incógnita: ¿La vereda está en el campo, en un pueblo o en la ciudad? De eso no nos dicen nada. O sí, pues nos dan una pista con esas cinco farolas. Pista que despista más que nada, ya que tanta farola junta no es muy propia de una ciudad… pero tampoco de un pueblo y mucho menos del campo. Si, al menos, fueran faroles, podrían ser de adorno en la fachada, pero ¿farolas? No se, no se…

Como somos personas de mundo, caemos en la cuenta de que al otro lado del charco se le llama vereda a lo que aquí es acera y esto nos abre una nueva vía de investigación. ¿Es una vereda en el campo o una acera, sea de pueblo o de ciudad? Sin embargo, nada en esta historia nos lleva a suponer que se desarrolle pasado el océano, por lo que quizá debamos abandonar esa idea.

Retomemos por tanto las cinco farolas, que están alumbradas por cinco luceros azules. Raro, ¿no? Comúnmente, la luz de las farolas oculta a los luceros, pero estos deben ser muy brillantes cuando alumbran a las farolas. ¿O será que las farolas están apagadas y son los luceros los que alumbran? No. Está claro que esas farolas lucen, ya que más adelante se nos dice que se apagaron.

Pasemos por alto los amores de este señor y esta señora que, al parecer, terminaron como el rosario de la aurora después de cinco largos años de ir y venir por la vereda, obviemos también a ese pregonero que no sabemos quien es ni lo que pregona y vamos ahora a fijarnos en el papel que desempeñan las vecinas (o vecindonas) en esta historia.

Son vecinas que hablan mucho, lo dice claro, y que a una de ellas le gusta dar malas noticias, pues ¿a santo de qué irle con el cuento a esta señora de que el de la vereda va a casarse con otra? Son ganas de incordiar y meter la pata, de conseguir que la señora se enfade y haga cualquier locura, que ya está hablando de cordeles en la garganta y eso me da mala espina. Mujer, déjalo estar, pues lo mismo el de la casa vecina, cuando se le pase el arrebato de la boda vuelve a darse paseítos por la vereda camino de la otra casa mientras contempla las farolas y los luceros azules. Que ya se sabe que el hombre es un animal de costumbres y han sido cinco años, nada menos. Cinco añitos cabales, para más señas.

Resumiendo. Que esto puede ser bonito y bien cantado, pero claro, lo que se dice claro, les puedo asegurar que no está.


16/1/12

Relaciones humanas






Hay quien opina que los correos no es necesario contestarlos e, incluso, ni siquiera abrirlos. Según esto, la próxima vez que me cruce a un conocido por la calle miraré para otro lado para no saludarlo y cuando un amigo o un vecino llame a mi puerta no voy a abrirle, aunque se desangre delante y luego tenga que limpiar la mancha.

¿Qué no es lo mismo? ¿Por qué no? Se trata simplemente de las relaciones entre las personas, de que tú eres tú y yo soy yo, de que podemos tener edades distintas, culturas diferentes y distinto concepto de la vida, pero que ante todo somos seres humanos nacidos para la comunicación, destinados a entendernos por el medio que toque en cada momento de la Historia, desde las señales de humo a la telepatía.

En este momento disponemos de un medio maravilloso que nos pone en contacto casi en tiempo real, pero algunos han decidido que no, que ese medio tiene unas reglas distintas en las que podemos ignorar a las personas que se dirigen a nosotros simplemente porque esas personas están utilizando un lenguaje binario o porque su palabra aparece escrita en una pantalla luminosa. Pues permitidme que os diga que por ese camino no llegamos a ninguna parte. Bueno sí, llegamos a una deshumanización total, al aislamiento, ya que esas personas terminan por negarse también al diálogo por otros medios.


11/1/12

Autobombo






Si miráis el archivo del blog, podréis ver que en el año 2011 he publicado 58 posts, lo cual es todo un récord para mí. El primer año, como empecé en octubre, solo fueron 17. En 2009, me ajusté aproximadamente a lo que me había propuesto de una publicación semanal, en 2010 me quedé un poco corta con 50, pero este año he batido mi marca con esas 58 entradas, que han podido ser más largas o más cortas, más interesantes o menos, pero en las que siempre he puesto todo mi interés y mi ilusión por comunicarme con vosotros, por haceros partícipes de lo que pienso, siento o veo a mi alrededor.

No se cuanto tiempo podré resistir con ese ritmo, pero sí os digo que voy a intentarlo, a pesar de que el desánimo algunas veces se apodera de mí, sobre todo cuando echo una mirada a los posts antiguos y las ausencias se hacen más evidentes.

5/1/12

Reflexionando









Por fin ha terminado la Navidad y ya solo queda que esta noche los Reyes Magos traigan regalos para los buenos y carbón para los menos buenos. A los malos nada de nada, que hasta ahí podían llegar las cosas.

Y para completar el ciclo navideño, sugiero que reflexionemos un poco con este artículo del teólogo José María Castillo que me parece interesante. Se titula NAVIDAD, ¿DOGMA O FORMA DE VIVIR? y dice cosas como esta:

Si planteo estas preguntas, no es porque yo ponga en duda la verdad de lo que dicen los evangelios. No lo pongo en duda. Lo que me pregunto es el significado que tienen. Los relatos de la infancia de Jesús, ¿presentan hechos históricos que sucedieron tal como se cuentan? ¿o lo que presentan son relatos simbólicos que contienen un mensaje religioso? Si son hechos históricos, nos enseñan verdades que los creyentes las han de saber y creer. Si son hechos simbólicos, nos ofrecen experiencias de vida que los creyentes han de asumir como las convicciones que guían su vida y sus costumbres.

Os animo a leerlo, que es cortito y claro.


2/1/12

Día de la Toma







Hoy, 2 de enero, en Granada es el Día de la Toma, el día en que se conmemora que hace justo 520 años el rey nazarí Boadil el Chico entregó a los Reyes Católicos las llaves de Granada y partió llorando hacia su exilio en las Alpujarras, de donde más tarde tuvo que marchar camino de África.

Desde tiempo inmemorial se ha celebrado este día en Granada una ceremonia consistente en un acto en el balcón principal del Ayuntamiento y otro en la Capilla Real delante de los sepulcros de los Reyes, con una comitiva de autoridades que va de un lugar al otro. Cuando yo era niña, el acto en el balcón del Ayuntamiento tenía un carácter festivo y nuestros padres nos llevaban a la Plaza del Carmen para contestar ¡Queeeeee! cuando el concejal de turno tremolaba el pendón de los Reyes Católicos. Decía tres veces ¡Granadaaaa! y a cada una contestábamos ¡Queeeeeee!… y luego: Por los ínclitos Reyes Católicos Don Fernando V de Aragón y Doña Isabel I de Castilla. ¡Viva España! ¡Viva Franco! (entonces) ¡Viva Granada! Y a cada uno de esos vivas contestábamos también a todo pulmón: ¡Vivaaaa! Y nos íbamos tan contentos sin pensar en nada más que si el concejal lo había hecho bien o se había equivocado, o qué demonios sería eso de ínclitos. Ahora creo que, como es lógico, en vez de Franco se nombra al Rey y también se añade otro viva a Andalucía por aquello de la comunidad autónoma, pero ya ha dejado de ser una fiesta para niños porque casi siempre la lían los de la ultraderecha peleándose con los de la ultraizquierda y seguro que este año meten la nariz también los del 15M que se apuntan a un bombardeo.

Y es que desde hace unos años nos hemos puesto a cuestionar esta celebración, por lo que cada año tenemos un comunicado de Granada Histórica y Cultural a favor de ella como referente del momento en que Granada se incorporó a la civilización de Occidente y otro comunicado –o varios- de distintas asociaciones que califican a esta ceremonia como racista, fascista, xenófoba, excluyente, humillante para los musulmanes y no se cuantas cosas más. Incluso, en una ocasión se publicó un manifiesto que firmó Carlos Cano (que también se apuntaba a todos los bombardeos) y que tuvo mucha repercusión dando lugar a la canción del paisano que lleva por nombre Moros y cristianos.

Lo malo es que algunos años la cosa ha pasado a mayores, pues a los defensores pacíficos de la ceremonia se han sumado grupos de ultraderecha de toda España que acuden a la Plaza del Carmen con ganas de camorra y terminan por chocar con los otros grupos o con las fuerzas del orden. También se ha dado el caso de que detractores del acto insulten a los militares que toman parte en él, produciéndose situaciones muy tensas.

Mientras, los distintos ayuntamientos han tratado de contentar a todos añadiendo y quitando partes a la ceremonia, intentando cambiarle el nombre sin el menor éxito, haciendo otros actos “multiculturales” en distintos sitios, sumando a la comitiva un tipo con chilaba, alfanje y cara de no saber qué pinta allí, o subiendo a la Alhambra a morirse de frío recitando poemas árabes.

Pero el resultado de todo esto es que ya los padres no llevan a sus hijos a ver tremolar el pendón por miedo a los incidentes y esta costumbre festiva e inocente se perderá por desconocimiento de las generaciones venideras, pues ya hay jóvenes que van por las noches de botellón sin haber contestado nunca ¡¡Queeeee!! un 2 de enero en la Plaza del Carmen.