30/6/13

El Milenio y la madre que lo parió


El día 16, Google recordó con un doodle extraordinario la celebración del “milenio” del Reino de Granada y el amigo unjubilado, siempre atento a estas cosas, lo llevó a su blog con una buena información sobre este “evento”. A lo largo del día, yo di las gracias varias veces tanto a Google como a unjubilado y también a los visitantes de su blog que elogiaron mi ciudad, pero creo que fue evidente mi poco entusiasmo por esta celebración, así que explicaré un poco el motivo.
En este asunto ya empezamos mal llamándole milenio cuando debiera ser milenario. De año, aniversario, de milenio, milenario ¿lo cogen? Seguro que sí, pero a los lumbreras que pusieron en marcha el invento, no se les ocurrió mirar un diccionario ni de lejos. Pero vayamos al principio.
Allá por el año 2007,  a un político que tenía un amigo pariente de un historiador, le llega el rumor de que en el 1013 un tal Zawi ben Zirí, de la familia de los Ziríes y beréber para más señas, aprovechó la descomposición del Califato de Córdoba para fundar un Reino de Taifas en la cora de Elvira, que abarcaba buena parte del territorio andaluz, trasladando la capital de Medina Elvira a Garnata al-yuhud, o sea, la Granada de los judíos. El político ve próximos los mil años de esa fecha y se va con la historia al mandamás de la Junta de Andalucía, el cual lanza las campanas al vuelo e inicia el cuento de la lechera. Porque cuento ha sido y bien grande. Cuento y tomadura de pelo a los granadinos de las que hacen historia.
Quedamos en que los barandas de la Junta empiezan a hacer planes y como primera medida crean en el 2008 un “consorcio”, pues ya sabemos que sin una buena comisión y varios políticos chupando del bote no se puede hacer nada. Al frente de este Consorcio colocan a David Aguilar, un ex-rector de la UGR y hombre honesto,  que cree en el proyecto y pone manos a la obra con todo entusiasmo, pero empieza a pasar el tiempo y todo se vuelven palabras y manifestaciones sin que se llegue a concretar nada y, sobre todo, sin que aparezcan los fondos que son necesarios para llevar a cabo las ideas, así que en  2010, David Aguilar tira la toalla, decide que él no está para perder el tiempo de esa forma y se dedica a su cátedra.
Mientras tanto, se han levantado voces de historiadores y arabistas dudando que esa sea la fecha y, en concreto, el prestigioso arabista Emilio de Santiago declara:
-El “milenarium” me parece cómico y una forma de instrumentalizar la Historia.
Añadiendo después:
-No entiendo por qué el Reino de Granada nos dicen ahora que empieza en 1013 cuando ya en la época judía se hace referencia a la Garnata del siglo VIII.
Sucede también que, desde el principio, el Ayuntamiento en manos del PP y solo por tratarse de un proyecto de la Junta, o sea, del PSOE, se ha enfrentado a él y todo se le ha vuelto poner piedrecitas en el camino.
Sin embargo, la Junta, inasequible al desaliento, echa mano de Francisca Pleguezuelos, la chica para todo del PSOE, que lo mismo sirve para un roto que para un descosido, y aquí tenemos a la fiel Paca retomando un proyecto que ya huele a cadáver y sin un euro en plena crisis. Así que organiza alguna exposición, algún concierto, incluye en el programa cosas que ya llevan montones de años, como el Festival de Música, el Parque de las Ciencias o el Legado Andalusí, y se prepara para el gran evento. Pero he aquí que un mes antes de que empiecen los fastos, nos sorprende la noticia de que la fiel Paca, siempre atenta a la voz de su amo, marcha a Bruselas a encargarse de la Delegación de Andalucía, dejando de nuevo huérfano el “Milenio”, que va a parar a Mar Moreno, que para eso es la Consejera de Educación y cobra por ello.
Resumiendo. Mediado ya el año 2013, cabría preguntarse: ¿Qué queda de aquella idea del 2007? Absolutamente nada. Entre las muchas cosas que entonces se dijeron,  aparecieron en la prensa repetidamente párrafos similares a este:
Paralelamente, se desarrollarán destacados proyectos de infraestructuras que culminarán antes de 2013. Entre ellos figuran el AVE, las autovías Granada-Motril y Granada-Córdoba-Badajoz, la variante exterior de la capital, la ampliación del aeropuerto, el Gran Teatro de la Ópera, el Centro Lorca, el Pabellón de las Ciencias de Al-Ándalus, la línea 1 del Metro, el Parque Tecnológico de Ciencias de la Salud y los nuevos hospitales de alta resolución de Loja y Órgiva.
A fecha de hoy, el AVE no ha llegado ni se le espera, las autovías están sin terminar, el Metro lo mismo, la variante exterior de la capital no existe, el aeropuerto-con-el-nombre-más-largo-del-mundo no ha cerrado porque tenemos el monumento más visitado de España, el Hospital Universitario y la Facultad de Medicina aguardan en el Parque Tecnológico tiempos mejores para recibir equipamiento, el Centro Lorca se deteriora sin inaugurarse y el Gran Teatro de la Ópera es el sueño de una noche de verano.
En el 2013, el cántaro ha caído y la leche corre por el suelo.

24/6/13

Noche de San Juan


Lo primero que leí de Jorge Luis Borges fue El oro de los tigres y no me gustó. Venía, además, precedido por la mala prensa sobre su autor, sus declaraciones, siempre agresivas y extemporáneas, y aquel episodio tan desagradable que me parece recordar sucedió en Barcelona, cuando en una cena de homenaje se enfadó por algo que dijeron y tiró del mantel poniendo perdidos a todos los comensales. Por tanto, olvidé a este escritor y su obra durante muchos años y solo de vez en cuando caía en mis manos algún cuento o algún poema que tampoco llegaron a entusiasmarme. Luego conocí personas de allá, grandes admiradoras suyas, que me lo alababan y citaban con frecuencia, pero ni así me animé a meterle mano a un libro suyo, hasta que hace poco me tropecé con Fervor de Buenos Aires, su primer libro de poemas, que me ha reconciliado con el escritor argentino.
De este libro extraigo un poema que viene muy bien en esta noche, cuando nuestras playas están llenas de hogueras y jóvenes, que mañana las dejarán con toneladas de basura. Contrarrestemos, por tanto, esta mala imagen con un poco de poesía en una noche de fuego y ritos ancestrales.

La noche de San Juan
El poniente impecable en esplendores
quebró a filo de espada las distancias.
Suave como un sauzal está la noche.
Rojos chisporrotean
los remolinos de las bruscas hogueras;
leña sacrificada
que se desangra en altas llamaradas,
bandera viva y ciega travesura.
La sombra es apacible como una lejanía;
hoy las calles recuerdan
que fueron campo un día.
Toda la santa noche la soledad rezando
su rosario de estrellas desparramadas. 
Jorge Luis Borges
Fervor de Buenos Aires (1923)

18/6/13

He vivido demasiado


Mi padre, por circunstancias en las que ahora no voy a entrar, decía con frecuencia: He vivido demasiado. Y eso que murió con solo 85 años. Y digo solo, porque en este momento hay muchas personas que aguantan mucho más. Y digo aguantan, porque en muchos casos su vida es solo eso: aguantar sin morirse, seguir respirando, que su corazón siga latiendo más o menos acompasado. Pero cabría preguntarse: ¿Eso es vivir? 

Tengo personas en mi entorno cercanas a los 100 años cuya vida se limita a comer, descomer y dormir. Las miro sentadas en su sillón mientras duermen o miran fijamente las imágenes en movimiento de la televisión y me pregunto si en su mente quedan deseos que no estén relacionados con sus necesidades básicas, si hay recuerdos, afectos, miedos, esperanzas. Veo a su alrededor a los familiares más cercanos que cuentan los días con una mezcla de deseo y culpabilidad, que dicen preparando su cumpleaños: si aguanta hasta entonces. Y no sabemos si lo dicen con miedo o esperanza.

La Medicina actual y la sanidad de los países del primer mundo consiguen que vivamos más, pero ¿vale la pena?

12/6/13

Cajeros automáticos





No hace muchos días fui a mi banco a confirmar el borrador de la Declaración de la Renta, este año un poco más tarde porque el borrador se ha retrasado. Así que llego, espero largamente a que se desocupe un empleado y me dirijo a su mesa, pero me encuentro que está hablando por teléfono. Le pregunto entonces que si está libre, me dice que sí con la cabeza sin mirarme y me siento, aunque él sigue enganchado a su teléfono, por lo que saco mis dos ejemplares de ingreso o devolución y se los pongo delante junto con mi DNI, mientras el hombre sigue hablando de cosas particulares, de alguien que está muy nervioso y de cuantos kilos de cerezas puede haber en el huerto de su madre. Sin mirarme siquiera ni decir una palabra, coge mis papeles y empieza a teclear en el ordenador, mientras yo pienso que sepa Dios lo que va a hacer si sigue hablando de cerezas, del huerto y de si van a ir el próximo fin de semana. Termina, me entrega mi ejemplar sellado, yo le alargo entonces la libreta para que me la actualice, lo hace, me la devuelve, le doy las gracias y me voy sin que él me dirija la menor palabra ni me despida al menos con un gesto. No se los minutos que he estado allí, pero en todos ellos ni una sola vez nuestras miradas se han cruzado, ni una sola vez ha mirado en mi dirección, por lo que dudo que sepa si ha estado tratando con un hombre o una mujer. He sido solo un DNI y él ha sido un cajero automático.

 

5/6/13

Nunca volví a Fuente Vaqueros





De IDEAL de Granada

Después del primer “5 a las 5”, después de aquella tarde del 76, nunca volví a la plaza del pueblo donde nació García Lorca, a aquella plaza sitiada por la policía donde oí el grito de Pepe Guevara: ¡¡Federico está vivo!! y toda la plaza rugió: ¡¡Está vivo!! ¡¡Está vivo!!
Con los años, lo que ocurrió aquella tarde se va desdibujando en mi memoria ¡teníamos tanto miedo!... En los tejados, en las azoteas, en las bocacalles, asomaban los cañones de las armas vigilantes, los uniformes verdes y grises. Los minutos de la media hora de libertad concedida corrían rápidos y no sabíamos lo que iba a ocurrir si nos pasábamos de la hora. Pero nos pasamos. No mucho, pero nos pasamos. El policía que controlaba reloj en mano bajo el escenario la media hora de libertad, hacía ya rato que guardó su reloj cuando empezamos a salir de la plaza con la sensación de que habíamos hecho historia, de que a partir de entonces el nombre de Federico ya no se iba a pronunciar en voz baja sino a gritos.
Este acto se repitió al año siguiente, y al otro, y al otro, pero yo no volví a ir. Quería que para mí fuera un acto único, no una fiesta repetida. Y ahora, pasados muchos años, parece que todo el mundo estuvo allí aquella tarde, que la plaza de un pueblo donde los más exagerados dicen que estuvimos 10.000 personas, hubiera sido la Plaza de Oriente con cientos de miles.