29/11/15

Football






     No soy futbolera en absoluto y jamás me he sentido representada, ni a nivel local ni nacional, por once tíos en calzoncillos. Quizá por esto puedo mirar las cosas “desde afuera” y encontrar chocante lo que para otras personas es normal. Y una de las cosas que más divertidas me resultan es la seriedad con la que los entrenadores se enfrentan a los micrófonos y las cámaras. Cuando hablan del partido jugado o por jugar parece por su tono trascendente que están comunicando el inicio de la tercera guerra mundial o el descubrimiento de la vacuna contra el cáncer.

21/11/15

Malditos espejos






     Una amiga que ya no está, decía que cuando se miraba al espejo se preguntaba:

     - ¿Qué hago yo ahí con la cara de mi padre? 

     Pues eso es lo que nos ocurre cuando pasan los años y no nos reconocemos en los espejos ni en las fotos. En nuestro interior somos las mismas (o los mismos), pensamos igual, sentimos igual, sufrimos de la misma forma que hemos sufrido siempre y nos alegramos con las mismas cosas, pero sin embargo, todo en nuestro exterior ha cambiado.
     En una ocasión, volví a ver a un antiguo amigo después de muchos años. Nos habíamos separado muy jóvenes y el reencuentro fue casi por sorpresa. Estábamos en una habitación grande, separados por muchas personas y yo lo reconocí inmediatamente porque no había dejado de ver fotos suyas en periódicos y televisión, pero él no había vuelto a verme a mí. Nos miramos fijamente a través de la gente y supe que me había reconocido. Cuando, un poco más tarde, ya pudimos hablar, le pregunté cómo había podido reconocerme después de tanto tiempo y tantos cambios y me contestó:
     
    - Por la mirada. Sigues mirando de la misma inconfundible forma

     Yo, en un principio, me sentí halagada por sus palabras, pero después pensé: ¿Eso es todo lo que queda?

14/11/15

Medios de comunicación





     En la casa de al lado de la que yo crecí vivía un matrimonio, ya anciano por entonces, que no tenían teléfono y siempre se negaron a tenerlo, a pesar de que su única hija residía en Madrid. Ellos nacieron y crecieron sin teléfono y no lo consideraban necesario, no entendían las ventajas que proporcionaba. Incluso creo que le tenían un poco de miedo, pues alguna vez que su hija los llamó a mi casa para algo urgente, se negaban a acudir y decían que el recado nos lo diera a nosotros.

     Pienso que algo así está ocurriendo ahora con muchas personas mayores que se niegan a entrar en Internet,  ya sea en un ordenador, una tableta o un móvil. Para nosotros, la Red es un medio más de comunicación, pero para ellos es algo innecesario, algo que más que ventajas puede tener inconvenientes. No forma parte de su universo, no está en el ámbito de su vida.

Para A., que no puede leerme, que no quiere leerme. 

4/11/15

Babel





     A principio de curso, la UGR informó de que tenía matriculados estudiantes de más de setenta países. Y se nota. Granada es una ciudad pequeña y tiene un centro más pequeño aun, por lo que es frecuente encontrarse grupos de jóvenes hablando idiomas unas veces reconocibles y otras que no te suenan de nada. Los ves en bares, en fiestas populares, en supermercados, también en monumentos, por supuesto. Están en todas partes, como queriendo verlo todo, disfrutarlo todo. Y a mí me gusta. Le dan un aire cosmopolita a nuestras calles, nos quitan el pelo de la dehesa, el provincialismo y hasta se llevan un poco de nuestra típica malafollá granaína.