31/12/13

Año Nuevo





     Pues nada, que aquí estamos otro año, frente a las luces del viejo convento del Carmen –cada vez más luces- y pasando un frío de muerte por estos sures. De nuevo recordando el año que termina y preguntándonos que nos deparará el que empieza, si será mejor que 2013, bastante nefasto por cierto. Esperemos, por tanto, que el 2014 se porte mejor a todos los niveles y sea un año de brotes verde-esperanza. Es lo que deseo para todos los que visitáis este macasar y también a los que aterrizan por casualidad vía Google. 

¡FELIZ AÑO NUEVO!

23/12/13

Navidad


     Este año no os voy a felicitar la Navidad con un libro infantil ni con un poema. Voy, simplemente, a dejaros este vídeo, que espero veáis. Porque hay otras Navidades, porque no todo son villancicos y luces de colores, porque el mundo no acaba en nuestro mundo occidental en crisis, sino que a un paso de nuestro país, a un paso de cualquier país con una mediana subsistencia, hay otros mundos que están en este.



18/12/13

De virtualidades hablamos




     Como estamos en días de ajetreo, compras y felicitaciones, no me voy a explayar en reflexiones sociológicas de vía estrecha a las que soy tan aficionada, pero que maldita la gana que tendréis ahora de pensar en ellas. Así que me voy a limitar a daros tres enlaces que podéis guardar para cuando haya pasado la resaca de las fiestas. Son de un museo virtual, de un proyecto de la UGR para hacer backup de las imágenes antiguas y de un centro virtual de Ciencias Naturales.
     El museo virtual lo ha creado la Diputación de Granada para dar a conocer parte de su patrimonio artístico mientras llega el momento de que la crisis permita convertirlo en museo real. Y así los informáticos se han valido, como contenedor virtual del mismo, de una recreación del edificio que en un futuro será sede de ese museo: el antiguo Colegio de Niñas Nobles, propiedad de la Diputación. Ni el museo es como algunos más importantes que hemos visto, ni tampoco la web funciona tan bien como otras de ese estilo, pero creo que podemos dar la bienvenida a un Museo Virtual con unos cuadros valiosos, que se muestran con bastante calidad y con información suficiente.
     El siguiente enlace me resulta más difícil de explicar, ya que yo misma no lo entiendo del todo, pero se trata de que la empresa granadina AgeO, spin-off de la Universidad de Granada, está realizando réplicas exactas, informatizadas y en tres dimensiones, de tallas de la imaginería andaluza, con el fin de preservar el patrimonio, pues permitiría realizar una copia perfecta en caso de deterioro o destrucción del original. Para ello realizan un escaneo con láser o con “patrones de luz blanca estructurada” que reproduce los más mínimos detalles de la talla, incluso el policromado con todos sus colores y hasta algún arañazo o desperfecto que tenga. El equipo de este proyecto está encabezado por los doctores Javier Melero y Jorge Revelles, profesores del Departamento de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la UGR, y podéis ver el resultado de su trabajo en esta web de la empresa.
     Y para terminar, otro museo virtual, en este caso el Centro Virtual de Colecciones de Ciencias Naturales, también de la UGR, que durante tres años ha informatizado su magnífico fondo de las colecciones de Botánica y Zoología, con 98.000 pliegos de herbario, que se pueden consultar en este enlace. Es el centro de este tipo más importante de Andalucía y con proyección nacional e internacional.
          

12/12/13

Dos Fernandos


     La serie Isabel, este post de Anarkasis y muchos comentarios que se han visto por ahí sobre la serie, todo junto y revuelto me ha hecho recordar que en el post sobre Fernando Fernán Gómez me dejé sin subir por largo este poema que veis ahora. Poema que largo sí que es, pero que no tiene nada que ver con la serie, ni con Maquiavelo, Gallardón, la Inquisición y la madre que parió al post de Anarkasis, que me he tenido que leer tres veces para seguirle el hilo. Pero la mente humana es así, le das un hilo y te lleva a la oveja de donde salió la lana, me mencionas a Fernando el Católico y, en vez de acordarme de los rientes ojos de Rodolfo Sancho, me acuerdo de Fernán Gómez, que era de todo menos riente. Va el poema, para que no se diga que yo no cumplo.

EL RECUERDO

Se me viene España de pronto como un río
y mi calle,
y mi barrio,
y mi muriente juventud,
y mi irremediablemente cercana infancia.
Me entran por la desesperanzada ventana
de mi soledad
como un río,
como un río que se desborda en esta ciudad desconocida.
Entran verdes, como las ondas del río,
los recuerdos, las cosas de mi infancia,
los juguetes, las chapas de las botellas de cerveza,
las cajas de cerillas con vistas de ciudades,
el pai-pai  con un paso de tango,
la criada romántica con olor a brillantina,
como ondas del río las esperanzas muertas,
y los sucios sueños adolescentes,
y los compañeros de clase,
y las amadas imposibles del colegio.
La pizarra, a la derecha, en los Maristas, con palotes…
La fábula de la lechera.
Y el otro colegio:
(“Los oceanos son”… cantábamos a coro. Y el director dijo a su amante,
la maestra: Elena, se dice océanos y no oceanos. Y cantábamos de nuevo:
“Los océanos son”… Quedaba peor ¡que pena!)
Y Arturo, siempre tan malicioso.
Y había a los cinco años el amor de Lucía, la hija de la portera, vestida de negro   con ojos del color de su vestido.
¿Cómo podría ser la niña que uno amaba a los cinco años?
Y llegan, llegan como ondas, la aritmética
y el área del trapecio
y Atila, y la reina Isabel en su trono de romance,
y Cristóbal Colón el bueno,
y Fernando el Católico el malo,
que no quiso dar joyas
para comprar barcos.
Y Viriato, que tocaba el caramillo
y luchó contra los romanos
mientras apacentaba unas ovejas que tenía en Portugal.
Y el Cardenal Cisneros, tan antipático,
desde su áspera lección.
Con esa chulería que le dijo a los franceses.
Y la gramática. No mámpara, sino mampara; no méndigo, sino mendigo.
Complemento, y todo eso. Y el verbo amar… Yo amo, tú amas… Y más
tarde el verbo “aimer”… “j’aime, tú aime”… Y más tarde el verbo “amo”. “Amo, amas”…
Y ahora lo quieren hasta en griego, ¡pobres niños!
y en inglés.
¿Para qué, Señor Ministro de Educación,
para qué?
Si por esa ventana abierta
entran solo a remediar mi escocida soledad
esos viejos recuerdos
de mi infancia, de mi calle, de mi tierra…
Que entran como un río
verde ya en la malvada madrugada
y me humedecen las raíces
de la esperanza.
¿Para qué, señor, tanto aprender,
si no va a haber nadie una noche
a quien amar, amo o aimer? 
 

6/12/13

Los Pareja Obregón


     Que no son hermanos, sino padre e hijo, y que me van a colmar de vídeos este post, pues por algo se trata de dos grandes músicos. Dos músicos, además, poco conocidos fuera de Andalucía y, si me apuran, fuera de Andalucía Occidental, de su Sevilla, donde los dos nacieron y donde murió el padre, Manuel, en 1995. Descendientes de una vieja estirpe en la que se mezclan condes con toreros, los dos componen, los dos cantan y los dos hunden sus raíces en la tierra que los vio nacer y de la que nunca quisieron separarse del todo.
     Manuel Pareja Obregón fue –según dicen- autor de 3.000 obras, entre las que se cuentan multitud de coplas y sevillanas, la conocida Salve rociera “del olé” y canciones como Cantinero de Cuba, que hicieron célebre Sergio y Estíbaliz a costa de mutilarla del sabor andaluz y de dos orillas que tenía, sabor que recobró Arturo, el hijo, en su versión, menos conocida que la de los vascos, pero más auténtica. En 1992, Carlos Saura, que siempre tuvo mucho olfato, lo sacó de Sevilla para que interpretara, en su película Sevillanas, unas de las suyas, lentas, parsimoniosas diría yo, y bien distintas de las sevillanas rocieras que aturden fiestas y ferias.




     Arturo Pareja Obregón heredó del padre algo más que el apellido. Compositor también e intérprete de su música, su carrera ha sido una especie de Guadiana, en la que aparecía y desaparecía dejándonos, entre medias y como quien no quiere la cosa, canciones espléndidas. Sevilla, Vagabundo, De tripas corazón o Si vienes al sur,  pero también interpretaciones muy buenas de otros compositores, como son los boleros clásicos, a los que da un toque flamenco muy suyo o, incluso, las sevillanas de su padre. De su canción más conocida, Sevilla, se han hecho multitud de versiones por parte de otros cantantes y también de él, pues una de sus características es que nunca canta una canción dos veces lo mismo. Podemos oírla ahora con un Pareja Obregón joven y todavía un poco inmaduro, que contrasta con el de la siguiente canción, Vagabundo.


30/11/13

Ginebra y vodka




     No hace mucho, observé en el supermercado como dos chicas muy jóvenes tomaban de las estanterías sendas botellas de ginebra y vodka mientras hablaban de sus cosas e introducían otros artículos en el carro, dando la sensación de que aquello era algo habitual, acostumbrado, normal. Como el supermercado es serio y bien organizado, supongo que al pasar por caja les pedirían el DNI, pero aun así, aun siendo mayores de edad, ¿qué hacen dos chicas de 18 años consumiendo habitualmente esas bebidas de tantos grados?

     He recordado esta anécdota cuando he visto en la prensa que una niña de 13 años ha sufrido un coma etílico estando en clase. Al parecer, había llevado al colegio una botella de agua mineral de medio litro rellena con ginebra y vodka y la había estado consumiendo y ofreciendo a sus compañeras en el recreo.

    ¿Qué está pasando? ¿Tenemos una juventud alcoholizada? ¿Incluso una adolescencia habituada a consumir alcohol en grandes cantidades? Mucho me temo que los botellones están dando lugar a esto y en pocos años pagaremos las consecuencias tanto socialmente como en la sanidad, que tendrá que soportar una población afectada en su salud por el alcohol injerido. 

25/11/13

Los rapsodas




    
      Aunque ahora están prácticamente desaparecidos, hubo un tiempo en que los rapsodas o recitadores llenaban teatros, en donde el público pagaba su entrada y se emocionaba oyendo recitar poesía durante dos horas, unas veces acompañada por música y otras a palo seco. También en los programas de televisión, que podríamos llamar de variedades, era bastante frecuente que, tanto rapsodas como actores,  recitaran poemas, entre los que eran casi inevitables muchos de Rafael de León o La nacencia de Luis Chamizo.

    Y hoy, precisamente, se cumplen 14 años de la muerte en Granada de Manuel Benítez Carrasco, rapsoda y poeta, que llevó su voz y su poesía al otro lado del mar, que vivió allá y acá, hasta que vino a morir en la tierra que lo vio nacer, en el Albaicín de las acacias en el aire que acogió sus cenizas.

     En Historia y Antología de la Poesía Española dice Federico Carlos Sáinz de Robles: Dentro de la lírica del neopopularismo, posee una voz propia, una humildad cálida, un colorido espléndido de gamas y matices. Y añade Antonio Carvajal en el Diccionario de Autores Granadinos de la Academia de Buenas Letras de Granada: El neopopularismo, cuando no directamente folklorismo, de la poesía de Benítez Carrasco puede apreciarse en los temas, el tono y el empleo de estrofas de corte popular, en ocasiones directamente las propias del cante flamenco, aunque también cultivará las estrofas de tradición culta como la décima o el soneto. La poesía de Manuel Benítez Carrasco está concebida ante todo para ser recitada en público, lo que redunda en su carácter eminentemente oral y, en ciertas ocasiones, efectista, que parece buscar el aplauso.

      En 1998 recibió la medalla de Hijo Predilecto de la Ciudad de Granada, en donde una Tertulia Literaria que lleva su nombre tiene como principal objetivo potenciar la difusión y el conocimiento de la personalidad, vida y obra del poeta granadino.


Nota. No he querido incluir en este breve recuerdo la biografía y la obra de Benítez Carrasco porque es fácil encontrar en la Red todo tipo de datos sobre él y multitud de vídeos y documentos sonoros, de forma que quien tenga más interés puede ampliarlo y conocerlo más a fondo.
  

19/11/13

La lucha de clases



     En los tiempos de la posguerra y en un barrio construido cuando la ciudad se fue extendiendo hacia el sur, los niños jugábamos en la calle, pues no había peligro de tráfico ni ningún otro. Solo un peligro en potencia: los niños del Matadero. Un barrio limítrofe de gran pobreza entonces, cuyos niños entraban en nuestro campo de vez en cuando y nos atacaban a mansalva, de tal forma que cuando alguien avisaba de que llegaban se producía una desbandada y cada uno a su casa. ¿Por qué hacían esto? Simplemente porque nosotros éramos los ricos y ellos los pobres, aunque la única diferencia visible era que nosotros teníamos zapatos y ellos sandalias de goma o alpargatas. Nadie tenía mucho entonces, pero nosotros teníamos un plato en la mesa y ellos solo hambre. Claro que esto lo entendí más tarde, pues entonces no podía comprender qué les habíamos hecho a aquellos niños para que trataran de rompernos la cabeza en cuanto nos poníamos a tiro. Yo no conocía entonces otro Marx que Groucho y las teorías sobre la lucha de clases no me quitaban el sueño.

13/11/13

Llamadas




      Recibo la llamada de una entidad financiera de la que me llegan hace tiempo comunicaciones por correo ordinario, a pesar de que nunca he tenido contacto comercial con ella. La que llama es una voz de mujer, educada y profesional, que se identifica y me explica a lo que se dedican, cosa que yo ya sabía por su correspondencia. Pasa entonces a preguntarme si yo poseo productos financieros de los que ellos "venden" y, aunque no me gusta la pregunta, le contesto para no ponerme pinchuda tan pronto. Y entonces llega la ofensiva, pues sin previo aviso dispara:
-¿Puede decirme que cantidad tiene invertida?
Yo acuso el impacto y, pensando que he oído mal, le respondo:
-¿Cómo dice?
Sin inmutarse, me repite la pregunta y yo entonces le contesto.
-La había oído, pero no doy esa información por teléfono.
      Se despide amablemente y da por terminada la conversación. Y yo me quedo con el teléfono en la mano pensando que, si me ha hecho a mí esa pregunta, es porque otras personas se la habrán contestado. ¿Será posible que la gente de esos datos tan sensibles a una persona desconocida y por teléfono? No me extraña nada que haya tantos timos y estafas.

6/11/13

Artesanía




      Me gusta ir a las ferias y mercados de artesanía. Rara vez compro algo, pero me gusta ver los puestos, los artículos y el bullicio que se forma alrededor, pues parece que un domingo soleado de otoño y un mercadillo de artesanía se llaman el uno al otro. Así que, el otro día, veo en el periódico que tocaba mercado artesano y me voy diligente con la cámara en el bolso esperando encontrarme los tradicionales puestos de cerámica de Fajalauza, cajitas de taracea y faroles de cristal y latón. Pero nada de eso, lo que encontré fue… de todo. Lo mismo patchwork  que jabones, ropa de niño tejida, bisutería, mucha bisutería de metal o tela, ropa de mayores que dicen confeccionada a mano, sombreros, cacharritos de madera y cantidades ingentes de productos “ecológicos” (si se puede considerar ecológico cortar mimbre y hacer un cesto)
      Ya de vuelta en casa, se me ocurre pensar si aquello que he visto se puede considerar artesanía y me voy al diccionario de la RAE en busca de información que, por cierto, no me da, pues en este caso los señores académicos han jugado al despiste remitiendo de artesanía a artesano en círculo, sin llegar a aclarar lo que es realmente la artesanía. Y es que parece ser que no lo tenemos claro, que cada cual piensa lo que quiere y la artesanía puede ser tanto la continuación de los trabajos tradicionales, como cualquier objeto que se realiza con las manos sin ayuda de maquinaria. (Definición que nos puede llevar a considerar artesanía la zapatilla de un grifo) Más acertada veo la definición de que es el término medio entre el diseño y el arte, pero tampoco esto encaja con los jabones “artesanales” de aceite de oliva o el pan “artesanal” cocido en horno de leña.
      O sea, que la palabra artesanía se nos ha convertido en una palabra comodín, en una especie de cajón de sastre donde cabe todo y ni siquiera los sabios de la RAE saben donde colocarla.

31/10/13

Don Juan, Don Juan...


Hace años, por esta época, Televisión Española (la mejor televisión de España cuando no había otra) programaba en Estudio 1 Don Juan Tenorio. Lo anunciaba mucho tiempo antes y la noche indicada cenábamos más temprano, nos arrellanábamos en sillones y nos disponíamos a tragarnos las dos horas largas que dura el drama de Zorrilla, para poder comentar en los días siguientes si María José Goyanes daba mejor el papel de Doña Inés que Concha Velasco, o Fernando Guillén mejor que Larrañaga, pues un Tenorio rubio parece que no pega.  O si Juan Diego era demasiado joven para la trayectoria de conquistador de Don Juan, que ya se sabe que una fama así lleva su tiempo. Para terminar coincidiendo en que ninguna voz como la de Paco Rabal recitando aquello del ángel de amor y la apartada orilla.
Durante los espacios publicitarios, mis padres siempre recordaban tenorios que ellos habían visto en teatro y hablaban de doñas inés maduras y gruesas y don juanes que no podían tirar de la espada. Y de que, al tener esta obra tantos personajes, algunos representaban varios papeles y todo eran corridas detrás de decorados para cambiarse de ropa. Porque, así como en esos años era obligado el Tenorio en la televisión, en años más antiguos lo había sido en el teatro y multitud de compañías modestas lo llevaban en su repertorio.
Pero hoy, cuando ya apenas se representa el Tenorio, hemos importado costumbres de otros países y en este puente veremos jóvenes disfrazados de muertos a medio morir, mientras la calabaza se hace omnipresente en pastelerías y escaparates varios. Y sin que nadie sepa muy bien el porqué de lo uno ni de lo otro.



25/10/13

La mujer invisible





Todos hemos fantaseado de niños con ser invisibles. Incluso de mayores quizá hemos deseado en alguna ocasión serlo, ver sin ser vistos, observar sin ser observados. De hecho, la literatura, el cine y la televisión están llenos de obras cuyo protagonista utiliza su incorporeidad unas veces en provecho del bien y otras del mal.

Pues eso es lo que nos ocurre cuando tenemos amigos y contactos en la Red que son de nuestra misma ciudad o viven en ella y que es fácil que nos encontremos por la calle, en las tiendas o en actos culturales. Es lo que me ocurre a mí, que no tengo fotos identificables en ningún sitio y, por tanto, ante ellos soy invisible. Me ven, como es lógico, pero no me identifican en la señora que compra pan a su lado, la que va en el autobús, se cruza con ellos en una acera o actúa de fotógrafo cuando presenta un libro. Y os puedo asegurar que es divertido. Mucho.

Nota: El ser realmente invisible es solo cuestión de tiempo.

19/10/13

Defensa personal



Foto de IDEAL

Cuando esta niña fue al colegio con cuatro años, le pregunté si le gustaba más que la guardería y me contestó que mucho más, porque: En la guarde nos pegaban los niños a las niñas, pero en el colegio estamos más niñas que niños y les pegamos a ellos.    

Me vino a la memoria está anécdota cuando no hace mucho vi en IDEAL un reportaje sobre las clases de defensa personal que les dan unos policías a las mujeres víctimas de maltrato y que dieron lugar a unas jornadas en el mes de septiembre. Según decía el reportaje, parece ser que son efectivas estas clases y que las mujeres recobran su autoestima y pierden el miedo al maltratador, pero yo me planteo si el remedio a este problema es que la mujer sepa defenderse con llaves de yudo, pues ¿qué ocurre cuando esa mujer no tiene 20 o 30 años, cuando es mayor, quizá está gruesa y ha perdido agilidad? ¿Esa mujer sí tiene que soportar que la maltraten? Por mucho que queramos y que aprendamos, la mujer siempre estará en desventaja a la hora de enfrentarse físicamente a un hombre y no me parece que la solución pueda ir en ese sentido, pues lo único que van a conseguir es que la mujer se enfrente al maltratador y termine más maltratada aun. O muerta, como ya vemos tantas veces.

En recuerdo de quien se nos fue hace hoy 6 años, al que dediqué este blog cuando nació hace 5. 

14/10/13

Abanicos made in Spain




Tengo un precioso abanico de mi abuela que tiene más de un siglo y que está en un cajón, envuelto en papel de seda, porque nunca he encontrado un abaniquero que me gustara, ya que todos son demasiado bastos, aparatosos y llamativos para un abanico pequeño y muy delicado.
Bueno, pues hace unos meses veo en el periódico que hay una exposición de abanicos en un hotel de superlujo y “con encanto”. Me digo que esta es la mía de ver como están enmarcados, me visto con mis mejores trapitos porque si voy en zapatillas y vaqueros me echan, y me presento toda segura de mí misma en la recepción preguntando por los abanicos. Inmediatamente acude un chico vestido de entierro, o sea, de luto riguroso, que me guía hasta la exposición y me ofrece sutilmente el catálogo de los precios. Le doy una vuelta a los abanicos, que no son nada del otro mundo, por cierto, fijándome más bien en los marcos (que tampoco son nada del otro mundo), miro los precios con cara de interés y, como el chico de negro sigue revoloteando por allí, me dirijo a él y le pregunto que si sabe donde están enmarcados los abanicos. No me entiende y me vuelve a ofrecer el catálogo, yo le repito la pregunta esta vez señalando el marco, pero ni por esas y solo a la tercera o cuarta vez de ayudarme con la mímica, se le enciende la bombilla, me dice que no lo sabe y me señala en el catálogo la dirección de las empresas que venden los abanicos.
Y es que resulta que el chico es extranjero, que estará allí por aquello de los idiomas, pero me pregunto si no hay jóvenes españoles que también dominen idiomas y que, además, entiendan el nuestro. Sabéis que soy partidaria de la inmigración, de que las personas de otros países tengan ocasión de trabajar aquí, pero pienso que debe ser en igualdad de condiciones y que, por otra parte, un español tiene derecho a que, si entra en un hotel al lado de su casa, se encuentre con alguien que hable español como es debido ¿O es que en crisis no hay un compatriota que se aloje en ese hotel ni para una noche?     

6/10/13

Ibn al-Jatib (1313-1375)


De nombre completo Lisan al-Din Ibn al-Jatib, en este año se cumplen siete siglos de su nacimiento en Loja, provincia de Granada. Poeta, historiador, teólogo, jurista, político, veterinario y médico, fue una de las más grandes figuras del reino nazarí y de todo al-Andalus y el pasado mes de mayo la Real Academia de Medicina y Cirugía de Andalucía Oriental con sede en Granada organizó una exposición en La Madraza, donde él enseñó, para divulgar su figura y su obra médica, de la que hay que destacar El libro de la peste, en el que nace el concepto de contagio, una doctrina médica que no acabaría de aceptarse hasta mediado el siglo XIX. En este libro relata la epidemia de peste negra que asoló Granada en 1348, describe la enfermedad y recomienda aislar a los enfermos y quemar las sábanas para evitar su propagación. Otras aportaciones a la Medicina son un texto enciclopédico en el que recopila todas las enfermedades conocidas en su tiempo, con un resumen versificado destinado a los estudiantes, que se titula Poema sobre la medicina y que es uno de los primeros manuales escritos en España para esta enseñanza. A él se debe también un tratado de higiene titulado Libro sobre el cuidado de la salud durante las estaciones del año, con un conjunto de recomendaciones sobre la vida diaria, y el Tratado sobre la formación del feto. En otro aspecto de la Medicina, una aportación muy importante es la construcción del Maristán de Granada, un hospital para doscientos enfermos, que se inaugura en 1365 durante el reinado de Muhammad V y que es el único hospital islámico construido en nuestro país.

En el campo poético fue autor de una antología titulada Libro de magia y de poesía y sus poemas epigráficos decoran las paredes de la Alhambra junto a los de Ibn Zamrak e Ibn al-Yayyab, aunque su mayor obra poética son Los poemas de las horas, once poemas que escribió para el rey Muhammad V y que nos han llegado traducidos por el arabista Emilio García Gómez.

Aun está sin traducir y estudiar por completo su gran obra sobre la historia del reino de Granada (Kitab al-Ihata), pero afortunadamente, el notable arabista granadino Emilio de Santiago basó su tesis doctoral en  un desconocido hasta entonces texto de Ibn al-Jatib sobre el sufismo, que dio lugar luego al libro El polígrafo granadino Ibn al-Jatib y el sufismo. Aportaciones para su estudio. En un artículo reciente en IDEAL, Emilio de Santiago habla de la tarea ingente que supuso traducir y estudiar el tratado Libro del Jardín del conocimiento en torno al amor excelso y, en ese sentido, dice: Quienes han traducido y estudiado los escritos jatibianos saben bien de las dificultades que presentan estos textos –prosa y poesía- tan jaspeados de múltiples arcaísmos y enrevesadas sintaxis que vienen a sumarse a la de por sí compleja lengua árabe. Cuando, además, se trata cual era mi caso, de una densa exposición sobre el sufismo, la más excelente jamás escrita en al-Andalus, se multiplicaban los obstáculos y aumentaban los lances por las especiales características de alambicado y críptico que posee todo léxico místico. Habida cuenta, para aun rematar la cuestión, de la inexistencia de diccionarios o vocabularios “ad hoc”.  

Pero no acaba aquí nuestro personaje, pues toda esta grande y variada obra fue compatible con una intensa actividad política que lo llevó a ser visir con Yusuf I y con Muhammad V y, cuando este es derrocado, tiene que exiliarse en el norte de África, donde presta servicio a los monarcas Benimerines de Marruecos hasta que vuelve al trono Muhammad V y regresa a su puesto de visir en Granada. Más tarde es víctima de las intrigas de la corte, que acusan de sacrílego su tratado místico, y tiene que volver a África, en donde esta vez los Benimerines le dan la espalda y es encarcelado y asesinado en la cárcel de Fez, probablemente por enviados de su antiguo discípulo Ibn Zamrak, el excelso poeta de la Alhambra.

Más fotos aquí

30/9/13

Lo que interesa al mundo



Foto de IDEAL

Eduardo Serra es un señor que fue subsecretario con UCD y con el PSOE y ministro con el PP. O sea, alguien muy versátil que se acomoda en cualquier sillón. Y este señor vino hace unos días a dar una conferencia en Granada, organizada por la Fundación Everis que preside, por la Escuela de Gerencia de Granada y el periódico IDEAL, para presentar el proyecto Transforma Talento, que no se muy bien de que va, pero que según ellos tiene como objetivo contribuir a ampliar en nuestra sociedad el debate y la conciencia sobre la realidad y las oportunidades del talento en España.

Así que el señor Serra, con el auditorio de la Caja Rural lleno a tope, se explayó hablando de economía y del talento que hay que cultivar en los 47 millones de españoles que lo poseen (?), pero cuando estuvo “bordao” es cuando a la pregunta de: ¿Cuándo dejará Granada de estar en el tercer mundo en materia de infraestructuras?, contestó rotundamente: 


Y tras esto, dicen las crónicas que recibió una fuerte ovación. Cosa que no termino de entender, pues un poco antes había mencionado que tenemos una joya de ciudad y una gran universidad, lo que me hace preguntarme: ¿Es que eso no interesa al mundo?

25/9/13

El albañil


Era menudo, rubio, y tendría 10 u 11 años cuando apareció aquel verano en la oficina donde un pequeño grupo de voluntarias ayudábamos a dos jesuitas en un estudio socio-religioso de un barrio, encaminado a solicitar a la Administración algún medio de trabajo que pudiera sacar de la pobreza a los vecinos de ese barrio, sobre todo a las mujeres, para las que se proyectaba un taller de confección.

Este chico era alumno de la escuela en donde nos habían prestado el local para la oficina y los jesuitas se habían fijado en él debido a su inteligencia e interés por el estudio, por lo que lo habían llevado allí como una forma de no perder el contacto durante el verano y que tampoco él lo perdiera con el ambiente que prefería y buscaba. Ocurría también que su padre no quería que siguiera estudiando y lo había colocado de “niño del pipo” en una obra. Esto era algo habitual en la época, una especie de aprendiz de albañil, que la mayoría de las veces no cobraba o se le daba una pequeña gratificación de vez en cuando y su trabajo consistía en cuidar de que el botijo estuviera siempre con agua fresca y llevarlo a los albañiles subidos en los andamios cuando estos lo pedían. Y así, poco a poco, se le iban encomendando otros trabajos e iba aprendiendo el oficio al lado de los profesionales, hasta que le llegaba la edad de poder trabajar también.

Han pasado muchos años de esto, pero tengo grabada en mi memoria su pequeña figura, su piel quemada por el sol y su húmedo pelo rubio repeinado sobre la cabeza cuando llegaba por las tardes recién duchado al salir de la obra. Y sus ojos inteligentes siempre atentos a todo lo que se decía, siempre ansioso por aprender cuanto se le ponía por delante. Los jesuitas estaban tratando de conseguirle una beca para el Instituto o para un internado de los suyos y, cuando se hablaba de ello, sus ojos se iluminaban y parecía crecerse.

También entre nosotras, las voluntarias de la oficina, empezaba a gestarse alguna forma de ayudarle en su futura vida de estudiante, pero todo fue inútil. Un día dejó de ir y nos dijeron que el padre le había prohibido estar en un sitio donde “le metían tonterías en la cabeza” y rechazó de plano la posibilidad de la beca y que su hijo siguiera estudiando, pues, según él, hacía falta en la casa el poco salario que él pudiera aportar.

No se que habrá sido de él, pero probablemente en este momento sea un albañil jubilado. Que no es malo, pero no es lo que aquellos ojos despiertos nos pedían en las calurosas tardes de un verano perdido en el tiempo.  

A Tawaki, en recuerdo de una “conversación” mantenida a dos bandas, correo y blog.